LIDERAZGO

1. Generalmente las personas suelen seguir mis ideas	SINO
2. Mi comportamiento está sustentado por unos valores y creencias claros	SINO
3. El cambio es algo que me produce incomodidad y rechazo	SINO
4. Cuando alguien me hace una sugerencia no le escucho, ya que sé cómo he de hacer mi trabajo	SINO
5. Me considero una persona flexible y abierta	SINO
6. Me gusta estar al día en todo y procuro reciclarme constantemente	SINO
7. Para conseguir que la gente haga lo que quiero normalmente empleo un tono de voz firme y amenazante	SINO
8. Soy una persona innovadora, interesada por descubrir cosas nuevas	SINO
9. Mis valores cambian según las situaciones o personas para sacar el mayor provecho de ellas	SINO
10. Disfruto con lo que hago y trato de transmitir a los demás ilusión e interés	SINO

Existen ciertas variables que posees que potencian un liderazgo eficaz, sin embargo, no siempre te comportas de forma idónea, siendo conveniente que te replanteases y tuvieras en cuenta una serie de aspectos.
	La integridad es uno de los factores clave dentro de un liderazgo eficaz. Un buen líder ha de poseer unos valores claros que guíen su acción. Ser coherente con sus principios en todo momento, transmitiendo de esta forma una mayor credibilidad a las personas y aumentando la confianza que los demás tienen en él. Pero todo esto ha de partir de un autoconocimiento que clarifique tanto los valores o creencias, como los puntos fuertes y débiles de uno mismo, teniendo como meta alcanzar la autenticidad. ¡Conócete y se sincero contigo mismo, para que los demás puedan confiar en ti! Por otra parte, en toda organización también es importante que las personas posean unos valores compartidos, para lo cual es necesario que exista una serie de principios comunes o consensuados por todos, que orienten sus acciones hacia una meta común, ya que de no ser así, el líder corre el riesgo de quedarse sin seguidores.
	Cada vez más, la sociedad se está viendo afectada por el cambio que fluye a un ritmo vertiginoso. Un buen líder va a tener que ser flexible y adaptarse a él fácilmente, manteniendo una actitud abierta y una resistencia a la incertidumbre. Pero sobre todo, una gran capacidad para asimilar información, ya que en el mundo en el que se vive, la dificultad ya no se centra en el acceso a la información, sino en la capacidad de procesarla.