La adaptación onírica de una adaptación literaria pone en escena el dilema de la dominación y la sumisión, la creación artística y la ensoñación, la realidad y el deseo, el hastío de la rutina y la búsqueda de la belleza.
En un contínuo forcejeo, el del deseo acaba pudiendo sobre la razón, los instintos sobre la contención.
La bipolaridad del creador, le permite situarse en ambos lados del espejo, sádico y masoquista por igual, por fin abandonado a sus instintos.
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