miércoles, julio 20, 2005

Bin-Jip

En el diálogo del vacío, las imágenes son las que trasnportan los sentimientos.
A nosotros, los que miramos y escuchamos, se nos ofrece total libertad de parecer, se nos presupone inteligentes como para valorar situaciones, imaginar causas, descubrir resultados.
Nosotros, tan habitualmente manejados por guiones evidentes, vapuleados por historias sin historia, y amnésicos totales tras la última secuencia de cada film, agradecemos el esfuerzo de contar sin dictar, de narrar sin remarcar, de comunicar sin gritar.



Gracias Kim Ki-Duk, por este hierro 3, por este rara avis del cine, por este personaje sin pasado ni destino, el último que se escogería de una galería de protagonistas.

Ya lo hizo con otro antihéroe, aquel de Bad Guy, el otorgarle un papel sin una letra escrita ni una palabra que decir. Una difícil tarea la de comunicar sin hacerte oir.

La compañera de reparto tiene la fortuna de poder decir, en el epílogo, la maravillosa frase "saren yu".

Un compatriota suyo, Wook Park, en su brutal Sympathy for Mr. Vengance, dejó al chico de los cabellos verdes sin palabra, pero con la elocuencia de su mirada.

Templada y tierna historia de un ocupa, que se preocupa de cuidar las casas vacias hasta que sus propietarios están a punto de volver a ellas. De entre todo aquello que encuentra para arreglar, limpiar y cuidar, destaca la bella mujer maltratada.

Rocambolesca idea? Acaso somos capaces de distinguir si la vida es real, o sólo un sueño?



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