Chan-wook Park vuelve a azotar las conciencias de la sociedad. En 2002 impactó con
Sympathy for Mr. Vengeance, y poco después cargó con la hilarante
Oldboy, gracias a la cual muchos ahora conocemos la obra desgarradora de este surcoreano.
No esperemos sutilidad ni el estilismo visual de su compatriota
Ki-duk Kim, sino neorrealismo exhacerbado, una historia de no redención, de bajada a los infiernos colectiva, de odio concentrado y expuesto con sin tapujos. Para quedarse a gusto.

En todo caso, la vuelta de tuerca me parece excesiva, y parece un compendio de golpes visuales ya recogidos en anteriores cintas.
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