Hacía años que el cine de Woody Allen me estaba dejando frío e indiferente.En 2004, la visión de Melinda and Melinda me provocó una pequeña reacción, pero esta última entrega, me ha vuelto a sobrecoger como en la época de Hannah and Her Sisters, Zelig, o Manhattan.
Homenajeando a Hitchcock, trama un thriller amoroso, en lo que todo encaja a la perfección, que engancha desde el principio y que suscita temores y deseos enfrentados. En mi caso, debo confesar que quería que la suerte sonriese al malo de la película.
Mención aparte para las interpretaciones de la sensual Scarlett Johansson, que pasa de femme fatale a mujer desesperada, y del bueno de Jonathan Rhys-Meyers, que pasa de ser el yerno que todos los padres quisieran, a la reencarnación del diablo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario