viernes, febrero 03, 2006

Sarabande



Liv Ullmann e Ingmar Bergman vuelven a unir fuerzas, puede que por última vez, en una historia familiar, en la que destacan las miserias sobre las proezas de sus personajes.

El cine escandinavo retrata de manera muy particular y creible la descomposición de la unidad familiar, y refleja con naturalidad rencores, odios e incesto.

Rodada como una obra teatral, se compone de una introducción, diez escenas y un epílogo.

Epílogo a su propia filmografía, que en mis recuerdos afloran sus adorables y místicas Fresas Salvajes y El Séptimo Sello.

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