Los cineastas mexicanos están ofreciendo en estos años una gran cantidad de películas interesantes. Alfonso Cuarón, director de tan dispares producciones como Y tu mamá también y una de las secuelas de Harry Potter, pone imágenes a la novela de P.D. James.
Un mundo convulsionado por la cercanía de su final, sin esperanza, en el que el llanto de un bebé es el sonido anunciador de un nuevo Mesías.
Difícil de aceptar tal situación por parte del espectador, no tanto por una realidad inverosímil, si no por un apocalipsis que no queremos ni imaginar que llegue el momento en el que pueda llegar a existir.
Un comienzo con grandes expectativas, que pierde fuerza filosófica a cambio de incrementar la intensidad emocional. Impactantes secuencias cámara en mano, de impecable realización, como la de la huída en coche, o la batalla en la ciudad, en defensa de un tesoro delicado, frágil, de un valor incalculable. Me ha recordado la angustia de los hombres primitivos de En busca del fuego.
Fotografía descarnada de un mundo en sus estertores, y una música que acompaña a la perfección situaciones de acción y reflexión.
"El último que muera, que apague las luces"
No hay comentarios:
Publicar un comentario