domingo, enero 31, 2010

Luna de Avellaneda


Romanticismo o practicismo, emoción o razón.
La vida te obliga a posicionarte en uno de los lados antagónicos, no se trata de ser bueno o malo, pero la necesidad de decidir en nuestras vidas nos va guiando hacia una postura u otra.
La Infancia como la posibilidad de soñar y de creer en los sueños.
Hombres de negocios y personas que se reunen con amigos, que viven el día  día, que se sienten queridos.
La lucha en defensa de los ideales y de la felicidad de los niños.
Los clubes sociales y deportivos como centros de reunión en la que se viven las relaciones personales.
Campanella reconoce la influencia de Frank Capra, especialmente con su película ¡Qué bello es vivir! (1946), que le provoca lágrimas de felicidad cada vez que la ve.

Ricardo Darín y Eduardo Blanco forman una pareja de amigos memorable, con unos lazos que siguen fuertemente ligados desde su juventud. Las protagonistas femeninas sustentan la trama de forma excepcional, destacando Valeria Bertuccelli con una interpretación fresca y conmovedora.

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