sábado, diciembre 08, 2007

Redacted


Brian De Palma escribe y dirige estas historias de soldados perdidos en un mundo extraño y ajeno. Unas historias que se pueden situar en Vietnam, el Líbani, Afganistán o Sudán. Es lo mismo.

Las mismas personas que reciben órdenes confusas y sin criterio, personas a las que se les obliga a no pensar, a convertirse en máquinas de matar por su propia superviviencia, personas que son como aquellos a los que controlan, vigilan, protegen, asesinan.

La bitácora visual de uno de los soldados sirve como camino por el que deambulan soldados en una misión contraria a la Humanidad, donde es mejor no ver lo que sucede, alejarse, no tomar partido, para no tener que tomar decisiones.

Pero el tiempo transcurre allí de manera diversa, la conciencia se hace fuerte en las personas de buena fe y desenfoca las directrices de los débiles.

"Las miradas angelicales son las mismas que acaban voléndote en pedazos".

Miedo y odio se funden en un bacanal de violencia inhumana expuesta a los ojos de todos, entregada para que podamos reacionar, para que podamos ver y tomar decisiones.

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