viernes, enero 11, 2008

American Ganster


El bien y el mal se entrecruzan, dejando de ser negro y blanco para pasar a un gris turbio, frío.
Ridley Scott vuelve a contar con Russell Crowe para protagonizar a un héroe, firme y honrado en su trabajo, frágil y derrotado en su vida.
Al otro lado del cristal Denzel Washington, el mismo héroe, la misma honradez y el mismo temor a fallar a su familia.
Entre medio, los malos: policías, militares, hombres de ley... todos aquellos que están al servicio del bienestar social,para servirnos y protegernos.

No es una película de la mafia italiana como El Padrino o de la mafia rusa como Promesas del Este, es la historia de un hombre negro que aprendió a trabajar por y para si mismo, creciendo con prudencia y rigidez. Se preserva, eso si, a la familia como núcleo sobre el que se expande el negocio, a la religión como forma de expiación, el dinero como moneda para comprar voluntades humanas, la traición como sombra que acompaña incluso en la oscuridad, la venganza como única respuesta al daño.

150minutos de metraje no dan sin embargo para un desarrollo suficiente de los dos personajes principales, y su encuentro esperado se desarrolla precipitadamente en un final casi happy, en confrontación con un comienzo casi gore.

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