
Muchos de los males de la humanidad se concentran tras la búsqueda del preciado oro negro.

Familia y religión son dos aspectos olvidados para el magnate del petróleo, tan egoista como para evitar tener a alguien a su lado que le impida conseguir sus objetivos, y sin necesidad de creer en el Señor, sin depender de nada ni de nadie. Un personaje que ve lo peor de las personas.
La voz de Daniel Day-Lewis resulta impresionante, más que recomendable la versión original.
Su personaje encarna a un rico miserable.
Un hombre que reniega de sus profetas, aborrece la ternura y carece del sentido de la responsabilidad.
Del inicial esfuerzo por superación, que pone al espectador de parte del hombre hecho a si mismo, se pasa al declive moral , a la corrupción de un hombre aberrante.
Fotografía austera, largas secuencias panorámicas y una banda sonora muy imaginativa de Jonny Greenwood, de Radiohead:
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