La conversación de una pareja de amantes en un parque de la zona de oficinas de San Francisco, es el punto de origen y el argumento central de este clásico del suspense.Un investigador privado, tan buen profesional como perdido en su vida personal, se inmiscuye más de la cuenta en un trabajo, lo que le provoca recuerdos de actuaciones pasadas, temores, ansiedad e inseguridad.
Un magnífico Gene Hackman es el actor que encarna a ese personaje que descubre secretos de los demás y oculta los suyos propios. Un ser solitario, amargado, paranoico, sin miedo a la muerte pero atenazado por el sentimiento de culpa.
Sólo su fervor religioso y su amor por el jazz le acerca a los seres humanos, ya que el amor se desliza por su vida sin poder retenerlo.
La música y ese ambiente setentero californiano hacen que la revisión de esta cinta sea muy agradable y deje la sensación de que ya no se hace un cine asi. Lástima.Como curiosidades, la presencia de un jovencísimo Harrison Ford con un ambiguo papel, el importante personaje de Robert Duvall que sin embargo no aparece en los créditos, la aparición de uno de los hijos del director en la secuencia de la confesión y de Richar, el hermano de Gene como confesor.
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