miércoles, marzo 03, 2010

Celda 211


Daniel Monzón es un especialista del cine de entretenimiento, que se preocupa por trabajar el guión de tal manera que el resultado final no sea sólo una sucesión de secuencias de acción y tensión.
Con "El corazón del guerrero" ya mostró sus cualidades como guionista y director y ahora adapta la novela de Pérez Gandul para crear una atmósfera opresora en una cárcel descontrolada.

El montaje es suficientemente ágil como para que ciertos detalles incongruentes pasen desapercibidos por el espectador, expectante de nuevas situaciones entre presos y fuerzas del orden y de un final apocalíptico.
Luis Tosar realmente da miedo como "Malamadre", consiguiendo además mostrar matices para que su personaje descubra un lado más amable y humano.

La dirección de actores correcta, no así la de figurantes, cuyas secuencias, por defecto o por exceso, no corresponde con sus paralelas reales.

No hay comentarios: