sábado, junio 26, 2010

3 días con la familia

En las reuniones familiares se congregan personas de todo tipo, que normalmente sólo tienen en común rasgos físicos y algún apellido.
A diferencia de eventos alegres como bodas, bautizos y comuniones, los funerales, por su índole trágica, hace asomar la vertiente más dramática de nosotros mismos. Nos hace más solemnes y evitar aumentar el desasiego del personal,  por lo que se evita mostrar la triste vida que tenemos.

Sugerir antes que mostrar, parece ser la directriz de Mar Coll, en su ópera prima tras sus estudios univeritarios de cine en la Escac.
Utiliza a unos personajes que tratan de ocultar sus sentimientos, mediante la incomunicación, para comunicarlo que realmente sienten.

Los silencios, miradas desviadas, caricias rechazadas, provocan un efecto empático en el espectador, que va asimilando las relaciones de esas personas perdidas en una vida que no es suya, fingiendo una realidad que no es tal, viviendo con deshazón porque no se atreven a mostrarse en plenitud, porque no saben como tomar las riendas y cambiar la dirección.

Mediante la contención, se dibujan los personales principales, que tras una breve pero intensa travesía familiar, llegan a la aceptación de su situación  ya un nuevo inicio, probablemente alejado del taciturno quehacer de su vida anterior.

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