La última colaboración entre Giuseppe Tornatore y Ennio Morricone ha vuelto a provocar que no pueda ver con nitidez los títulos de crédito finales.
Otra vez más me tocan la fibra sensible con una historia dura, narrada con violencia, y con la armonía de la música envolviendo las imágenes.
La redención de una inmigrante prostituta, maltratada una y otra vez por sus seres más cercanos, que aprende a levantarse, a luchar por vivir por su propia voluntad.
El encuentro con la ternura, como experiencia vital que sustenta el horror anterior, de la mano de un frágil niña, que dará sentido al sufrimiento maternal.
El comienzo sordido e impactante contrasta con el final melancólico y casi feliz, con un montaje en el que las imágenes enlazan perfectamente las secuencias temporales.
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