viernes, enero 03, 2014

La grande belleza

Sorrentino filma la majestusiodad de Roma y lo hace dando color a la memoria de Fellini.
Apoyado en la decadente burguesía italiana, muestra la voluptousidad de lo que se quiere aparentar y la miseria que alberga el corazón de quienes han alimentado sólo ego y dinero su alma.
Toni Servillo vuelve a centrar todo el hilo argumental escrito por Paolo S., en un momento vital en el que los recuerdos representan lo mejor de vejez, una via de escape para afrontar las tediosas relaciones con personajes que pasan sin dejar huella.
Un personaje demasiado sensible, que se desangra ante la vulgaridad, la ignorancia y la hipocresía, que se rie del fanatismo religioso, político e ideológico.

Un artista marcado por su primera y única obra, que busca sin saberlo la gran y verdadera belleza, sabiendo que jamás volverás a encontrarla, orgulloso de haberla poseído, consciente de que la vida es sólo un truco, que ya nada es real y que vivimos en una piadosa mentira que aceptamos como verdadera.

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