Susanne Bier me impactó con la soberbia Efter brylluppet, lo que me atrajo a esta cinta inmediatamente anterior, que clava nuevamente su puñal en el corazón de una familia aparentemente feliz, correcta e ideal.
La figura del padre de familia protagonizado por Ulrich Thomsen (el atormentado empresario de Arven) emerge como símbolo de rectitud y bienhacer. En el lado opuesto, su hermano, más joven, rebelde e incorrecto.
En medio unos padres con una personalidad poco definida, unas hijas pequeñas ideales y por encima de todos una madre, una espléndida Connie Nielsen, tanto por su nivel dramático como por su natural belleza, que es el verdadero motor de las emociones de los hombre que se quieren y se enfrentan de la misma manera, quizás irracionalmente, tal vez por razones sobradas.
Una tragedia que convulsiona la vida de la familia; una explosión de acontecimientos desastrosos que provocan reacciones extremas; una vuelta disparatada en la vida, que nos hace reflexionar sobre la fragilidad y levedad de nuestra existencia.
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